Nicolás Copérnico (1473-1543) la astronomia y la medicina
En 1513 Copérnico fue invitado a participar en la reforma del calendario juliano puesto que era sabido de los numerosos errores que acumulaba, y veinte años después, sus ideas fueron expuestas ante Clemente VII por su secretario. Entonces, en1536, el cardenal Schönberg escribió a Copérnico desde Roma urgiéndole a que hiciera públicos sus descubrimientos. Por entonces, Copernico había concluído su gran obra, Sobre las revoluciones de los orbes celestes, un tratado astronómico que defendía la hipótesis heliocéntrica.
El famoso texto se articulaba de acuerdo con el modelo formal del Almagesto de Tolomeo, del que conservó la idea tradicional de un universo finito y esférico, así como el principio de que los movimientos circulares eran los únicos adecuados a la naturaleza de los cuerpos celestes; pero contenía una serie de tesis que entraban en contradicción con la antigua concepción del universo, cuyo centro, para Copérnico, dejaba de ser coincidente con el de la Tierra, así como tampoco existía, en su sistema, un único centro común a todos los movimientos celestes.
Consciente de la novedad de sus ideas y temeroso de las críticas que podían suscitar al hacerse públicas, Copérnico no dio la obra a la imprenta. Su publicación se produjo gracias a la intervención de un astrónomo protestante, Georg Joachim von Lauchen, conocido como Rheticus, quien visitó a Copérnico de 1539 a 1541 y lo convenció de la necesidad de imprimir el tratado, de lo cual se ocupó él mismo. La obra apareció pocas semanas antes del fallecimiento de su autor; iba precedida de un prefacio anónimo, obra del editor Andreas Osiander, en donde se relativiza el desarrollo teórico del trabajo.
"La filosofía está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ante los ojos, quiero decir, el Universo, pero no se puede entender si antes no se aprende a entender la lengua, a conocer los caracteres en que está escrito. Esta escrito en lengua matemática y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible entender ni una palabra. Prescindir de estos caracteres es como girar vanamente en un oscuro laberinto." El ensayador, Galileo Galilei
.
Galileo Galilei nació en Pisa y estudió en la universidad de esa ciudad llegando a ser en ella profesor de matemáticas. Luego lo sería también en la universidad de Padua en donde sería famoso por sus experimentos científicos.
En 1597 escribe una carta a Kepler en la que confiesa ser partidario de la tesis de Copérnico.
Desarrolla en 1609 la teoría del movimiento uniformemente acelerado y construye un telescopio de manera tal que inicia una etapa de descubrimientos astronómicos.
Cinco años después de trasladarse a Florencia, en 1615 es denunciado por el Santo Oficio. El proceso comienta en el 1632 y es condenado al año siguiente. Pero al retractarse es desterrado a Arcetri, donde permanecerá hasta su merte en 1642, cuando Newton nacía ...
La revolución científica
Bacon pretendió reformar la ciencia y el método científico, pero no pudo hacerlo, quizá porque no comprendió la importancia metodológica de las matemáticas. Finalmente, la revolución científica se produciría de la mano de los mismos científicos y Bacon, en realidad, no era uno de ellos.
A la muerte de Copérnico, en 1543, fue publicada su obra De revolucionibus orbium coelestium. El editor, Andreas Osiander, afirmaba en su prólogo que el texto sólo contenía hipótesis que permitían calcular los movimientos celestes, pero que no pretendía que tales hipótesis fueran "verdaderas", ni siquiera verosímiles, sino que únicamente tenían el objeto de permitir que los cálculos astronómicos fueran más acertados en relación a las posiciones "aparentes" de los cuerpos celestes. Esta no era la idea de Copérnico, pero la intención del editor era restarle importancia a la obra, para evitar el escándalo. Este prólogo, mantenía una concepción fenomenista de la ciencia: el fin de la Astronomía era el de "salvar apariencias" y no el de encontrar causas ocultas o los movimientos reales de los cuerpos celestes. Finalmente, cuando Kepler y Galileo defendieron la hipótesis heliocéntrica, se inció la gran revolución científica del renacimiento que acaba con el paradigma aristotélico-ptolomeico que había dominado el saber científico desde la antigüedad.
Las razones por las cuales se inició esta revolución que implico un cambio de paradigma, fue, en primer lugar, que el sistema antiguo resultaba cada vez más insuficiente para explicar los hechos y en segundo lugar, porque retomó las ideas del pitagorismo y el platonismo cuya fuerza había resurgido durante el Renacimiento. Esta influencia es notable en Kepler y aparece también, en menor medida, en Galileo.
La importancia de las matemáticas
Para los Aristotélicos, las matemáticas eran una ciencia secundaria que no resultaba útil a los efectos de interpretar la realidad dada su naturaleza abstracta. Pero muchos científicos renacentistas de la talla de Da Vinci y Galileo, tras evidente inspiración platónico-pitagórica, consideraban que las matemáticas eran el lenguaje mismo de la realidad. En efecto, la exigencia de matematización se apoya en un presupuesto indemostrable de origen platónico-pitagórico que ni Leonardo ni Galileo se preocupaban por demostrar. Estos supuestos están presentes también en Colérico que durante su años de estudio en Italia entró en contacto con esta corriente matemática mísitica e incluso en Kepler.
Puede resultar paradójico tal vez que la ciencia moderna haya recibido impulsos tan fuertes de la física pre-aristotélica, e incuso pre-socrática, con la influencia del atomismo. Sin tales influencias, hubiese sido mucho más complejo quebrar la sólida estructura hegemónica del modelo aristotélico-ptolomeico.
Fue entonces el renacimiento del platonismo y el pitagorismo lo que favoreció e impulsó la revolución científica. Aunque por cierto, otros factores como los descubrimientos geográficos, también influyeron en tanto ponían en duda la labor de Ptolomeo como geógrafo y cartógrafo. La imagen del planeta comenzaba a cambiar y se cuestionaba también el mapa celeste, indispensable para la navegación.
La revolución científica fu un largo proceso creativo que supuso una transformación en tres áreas esenciales: la imagen del universo, la concepción de la ciencia y la metodología científica. Naturalmente, no fueron pocas las consecuencias ideológicas y religiosas de todos estos cambios.
viernes, 29 de febrero de 2008
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